10/02/2016

Atenta Mirada

Este es el mensaje que he estado esperando durante toda la semana. He seguido al pie de la letra tus instrucciones: llevo las bolas chinas puestas, la minifalda de cuadros que me pediste llevar solo para ti en el coche, y el tanga negro.

 

Salgo del trabajo antes de tiempo buscando cualquier excusa, para ir a tu encuentro, allí donde siempre quedamos. Dejo mi coche y subo al tuyo con la minifalda en la mano... es demasiado corta para ir a trabajar con ella, así que la guardo solo para ti para que puedas acceder a mi cuerpo facilmente cuando tu desees.

 

Nos adentramos en tu coche por el bosque... ese bosque que ya es nuestro, que hemos hecho nuestro en cada uno de nuestros encuentros y ya conocemos cada uno de los árboles, cada rama, cada piedra... En tu coche me cambio la falda, que casi deja al descubierto la blonda de las medias y te advierto: “antes de empezar tengo que hacer pis... que ya no aguanto más!!”. “Ya veremos” me contestas con una sonrisa pícara y acariciando mis muslos.

 

Llegamos al claro del bosque, salimos del coche, llevas contigo la manta, una manta enorme y suave que ha sido escenario de nuestra pasión en repetidas ocasiones. Camino torpemente hacia ti. Las botas de finísimo tacón no son para ir por el monte...

 

Me coloco encima de la manta, de pie, con las piernas semi abiertas y las manos tocando los tobillos... y empiezas a juguetear con mi sexo, bien mojado por la excitación del momento y por el trabajo que hacen las bolas chinas en mi interior. Tengo pis... tengo mucho pis!!! “Sácate el tanga y abre las piernas” obedezco. Siento como jugueteas con las bolas y tus dedos en mi ya encharcado coño... tiras de ellas, las mueves, las haces dringar dentro de mi... y las sacas bien despacio. “Ve a hacer pis, pero no te vayas lejos, quiero verte, no tendrás vergüenza a estas alturas, no?” Por supuesto que no... pero el pis se niega a salir!!. Mejor lo dejamos para después...

 

Vuelvo a la manta, donde me esperas de pie y me pongo otra vez en posición. Piernas abiertas y manos en los tobillos. Acaricias mi espalda que se arquea al sentir el tacto de tus manos en mi piel. No puedo evitar gemir de placer... sabes como disfruto con esto!! Me desabrochas el sujetador y jugueteas com mis pechos, los acaricias, apretas los pezones... fuerte, cada vez más fuerte, los retuerzas entre tus dedos hasta que suelto un leve grito;

 

- Duele!!!

- Lo sé.. y?

- Nada mi Señor... solo informo...

 

Acaricias de nuevo mi coño y ves que el dolor que me provocas me excita soberanamente...

- Como está mi perrita? Tienes frio?

- No, Señor... frío, precisamente no!!

 

No dejas de acariciarme el coño, cada vez con más fuerza, a cada segundo ves como mi cara se transforma, que no voy a poder contener más el orgasmo... y te detienes. Dos segundos y empiezas de nuevo... y paras... y empiezas, y paras... Te suplico con la mirada... y dices las palabras que he estado esperando:

 

-Córrete!

 

Mi cuerpo estalla en un profundo orgasmo, contenido durante toda la semana. Gimo, grito, mi cuerpo se convulsiona y se tambalea... Por fin puedo entregarte todo mi placer. Pero no dejas de tocarme... no paras, continúas estimulándome y casi sin querer me corro de nuevo... mis piernas fallan, me mareo, pero tu me sostienes.

 

Exhausta me tumbo en la manta, y tu a mi lado. Ya recuperados el aliento y las fuerzas me miras... con esa cara especial... y ya sé lo que deseas de mi.

 

Arrodillada entre tus piernas desenfundo tu pene, erguido y brillante por el flujo preseminal. Rodeo el glande con los labios y lo toqueteo ligeramente con la lengua húmeda y juguetona... siento como suspiras, sé cómo te gusta. Engullo tu polla hasta el fondo de la garganta, una y otra vez hasta que me saltan las lágrimas. Paseo mi lengua por el tronco, mientras miro tu cara de satisfacción y de placer. Sabes como disfruto chupándote y me entregas tu placer, vaciándote en mi boca. Te bebo, insaciable, todo el delicioso y blanquecino líquido, y no puedo evitar pensar en la primera vez que lo hice... tu sabor, tu olor, la textura... han quedado grabados en mi mente. Gracias mi Señor...

 

Charlamos animadamente durante un buen rato... confesiones, miedos, deseos. Esta noche he quedado con otro amo de fuera de mi ciudad para cenar y conocernos. Durante meses hemos charlado por messenger, parece un tío divertido y, aprovechando que está aquí, vamos a vernos en persona. La verdad es que me apetece mucho conocerle, pero tengo ciertos reparos en quedar con él a solas. Te ofereces para venir a la hora del café y acepto encantada... después volveremos a estar juntos!!

 

Empezamos a jugar de nuevo, me das unos azotes con el vibrador en el culo... y te excitas. Ven, me dices. Me siento a horcajadas encima de ti, encima de tu polla... y siento como me penetra centímetro a centímetro hasta llenarmede ti. Te cabalgo, primero suave, después con más fuerza... no dejas de apretar mis pechos, de acariciarme el clítoris... voy a correrme otra vez... no puedo evitarlo!!! Y me convulsiono encima de ti, mi coño se deshace en un mar de placer. “Lo siento” te digo algo avergonzada... “No pasa nada, me gusta ver como se corre mi perrita”... Pero mi cuerpo no da para más. Ha sido demasiado placer en demasiado poco tiempo... Me limpio mis propios jugos ante tu mirada, y me pides que acabe con la boca lo que he empezado... y así lo hago, saboreándote, y saboreándome a la vez, oliéndote y oliéndome hasta sentir otra vez tu estallido dentro de mi boca.

 

Acabamos los dos exhaustos y rendidos al placer. Hablamos de nuestro segundo encuentro en ese día. Me das unas normas básicas de seguridad para la cena de la noche.... y, antes de vestirnos, me muerdes fuerte en el culo. “Hoy solo te haré esta marca”

 

Después me sueltas, como quien no quiere la cosa “kat, estás evolucionando mucho. Pronto voy a conseguir que te corras sin tocarte” “Imposible, estás de coña!!”

Les commentaires sont fermés.